lunes, 10 de marzo de 2014

Frases célebres

Desde hace más tiempo del que recuerdo siempre llevo conmigo una libreta, o algo que se le parezca, para, en caso de necesidad, poder apuntar ahí lo que se me pase por la cabeza. Muchas veces también robo impunemente cosas que se le pasan a otra gente por la cabeza, aunque en la mayoría de los casos les aviso de ello, con alguna frase del estilo '¡eso va directo a mi libreta!'.

Lo más habitual, y que he venido haciendo desde el secundario, ha sido compilar ahí frases célebres de anónimos conocidos, sin un sentido aparente, pero dignas de ser preservadas para la posteridad (¿?). Cada tanto algún amigo me recuerda que todavía no hice la prometida publicación en el blog de la cantidad de estupideces guardadas, y mis evasivas son de lo más variopintas. Hoy, porque estoy en una etapa de expresividad digna de ser aprovechada, sale la primera tanda de ellas.

No hay autores identificados, sepan disculpar, pero debo proteger a mis fuentes.

- No me puedo ir con una baguette en la mano, yo soy una persona respetada en el barrio.

- Gabi es una mina que se casó el día de su casamiento.

- El otro día casi me caigo por pajera.

- Me peleo con mi madre y con mi abuela para que me den abrazos.
- Yo no me metería con un tipo que en caso de emergencia usa sus calcetines.
- Mi postre es el tabaco.
- You need to be crazy to solve complex problems.
- La única manera de no tener responsabilidades es tener un montón de responsabilidades.
- Yo hago mi horario, se puede hundir el mundo... bueno, si viene alguien con la cabeza debajo del brazo hablamos.
- I'm the designated drinker for [the next] two weeks.
- Te da con el látigo de su desprecio.
- Sabe que la permeabilidad te pone loco.
- We are over 13 hours of flight and it's about time we reunited with Mother Earth.
- Le metí un gol semántico.
- We are an anomaly in the building.
- Y yo pensaba '¡qué pijazo este chabón!'.
- Only three families at the hotel and you had big quilombo.
- Hace unos años las cucarachas tenían el tamaño de ratas. Ahora las ratas llevan burka y AK-47.
- Remember 2nd grade class is nut-free.
- Me lavé las manos pero toqué una vaca.
- Quiero aviones que aterricen aunque les estén disparando.
- Cuando me dejo lo del medio me siento Hitler.
- Hay una foto tuya genial en la que parece que te estuviera dando por culo.
- El té verde es todo verde.
- If you're thinking about popping out kids, this is the best country to do so.
- Me están pidiendo que robe porque no tiene pito.
- Politeness stops at 21:00.
- Te lo voy a devolver en una bolsa, yo te aviso.
- Hay carnes picadas y carnes picadas...
- Le tuvieron que sacar el hígado. Pero por suerte tenía el otro.
- In a parallel universe I might be likable.
- Irania está al lado de Iraquia.
- Yo pensaba lo mismo hasta que conocí a un polaco.

domingo, 9 de marzo de 2014

Catarsis

Y después de eso no escribí - publiqué, mejor dicho - nada más. Se me ocurrió una variedad de buenas excusas, ninguna en realidad aceptable. Eructos había sido abandonado una vez más, pobre. Y como el leit motiv en su momento habían sido los viajes surge como inevitable retomarlo luego de un par de semanas de locura aeronática. Otra excusa, porque en el interin estuve generando millas a tutiplén y mis elucubraciones jamás llegaron hasta aquí.

Debo reconocerlo, me está costando. Pensé que sería más fácil, tantas veces en este tiempo en situaciones que ameritaban el recuerdo vía relato o imaginando frases que hubieran quedado bien juntas. Evidentemente la falta de temática no me molesta en absoluto si pude ingeniármelas hasta ahora para escupir dos párrafos sin decir algo en particular.

Fiaca total. El famoso 'tirarse a muerto' de Arlt. Esa es la justificación real de mi desaparición escrituril de este año. Porque cosas pasaron, historias surgieron, y la vida continuó, sólo que no me molesté en plasmarla por escrito.

Hubo un día, hace ya bastante tiempo, en que finalmente procesé lo que pasaba allá, en el otro lugar. Hay días que son para olvidar. Sin embargo, otros son tan malos que parecen dar la vuelta y se tornan memorables. Ese día fue de estos últimos.

Durante una comida una evocación de etapas pasadas, metas conseguidas y caminos elegidos disparó un ataque de caspa que no por muy habitual en una mal llevada como yo dejó de sorprenderme. Quizás ése haya sido el primer paso, o el segundo. Con las causas identificadas y, en cierto modo, resolubles, evitables y eliminables, la teoría dictaba que nasa podía impedir actuar contra ellas.

Quizás lo que me faltaba era eso, escucharlo de mi propia boca, con bronca, resuelta, con los huevos al plato ante una situación que, no me voy a engañar, sólo dependía de mí cambiar. He de decir que, en efecto, fue movilizador, aunque también hubiera dolor y angustia al no ser fácil admitir que algunas decisiones no salieron como uno esperaba, que quizás algún camino no había sido el adecuado, o que mucho tiempo después se termina añorando aquello que en su momento había sido la primera opción. Lo que tocaba en ese momento era, definido el objetivo, ver cuál era el camino a seguir.


Como decía antes, la vida continuó, y tanto, que ni siquiera me senté a procesar el cambio radical de los últimos meses y lo mucho que tenía que ver con esa especie de declaración de intenciones interna después de esa comida. Cambio de trabajo, de ciudad, de país, de mentalidad. Hoy domingo, mientras escribo en Copenhague hay un día soleado como se ven pocos en esta época del año, y yo acá adentro, aporreando un teclado. Parafraseando a Amparo, por una vez que se me ocurre expresar cosas, mejor aprovecharlo.

Agárrense fuerte, porque Eructos volvió, y con material.