viernes, 1 de febrero de 2013

Confusiones

Cuando sonó el teléfono y vi la hora que era supe que se trataba de problemas. Por eso le dije que viniera a casa directamente.

Ellos siempre me dicen que en realidad yo me aprovecho de que entre amigos esas cosas no se hacen, pero a mí no me importa. Nos queremos igual y nos bancamos a pesar de todo. Incluso en circunstancias como ésta. Mejor dicho, justamente por circunstancias como ésta.

And there it was, suddenly, just in front of them, the scary realisation that they had actually made love.

¿Pero cómo? ¿Cómo te das cuenta de algo así? - le pregunté, a quemarropa - si jamás te enamoraste de nadie?

Debería  existir una cierta etiqueta - en la que luego, por supuesto, uno se cagaría olímpicamente - acerca de lo que hay y no hay que hacer en casos de one night stand. No podés abrazar tiernamente al otro, regalarle miradas de una magia incomparable, tener los ojos llenos de felicidad completa y encima pasarte la noche brindando caricias suavemente deliciosas. Hasta el más malo de los malos sucumbe ante eso. Pero, yo también le dije esa noche 'a veces te pinta el amor'.

Cuando de repente se dio cuenta de que todo esto era impublicable decidió abrirse y contarme todo. Si tengo que creerle la mitad la única conclusión que puedo sacar es que está en un problema gordo, Vamos, como dicen los angloparlantes, in deep shit.

Decidí entonces continuar con mis preguntas a quemarropa. '¿Hace cuánto que no te pasaba algo así? Digo, esto de darle tantas vueltas en la cabeza a una persona que no conocés de nada'. La respuesta no por esperada fue menos contundente. 'No me había pasado jamás', me dijo, y ya tenía los ojos empañados. Y éramos dos. Jamás había visto esos ojos ('the most beautiful, big brown eyes I've ever seen', textual en serio) brillar de ese modo.

Esa cara... por lo que me contó, mostraba felicidad pura. Si sólo dejaba los ojos al descubierto era evidente que denotaban un estado de plenitud absoluta. ¿Y cómo era posible?

Estaban los dos en la misma, perfectos desconocidos, que después de una conversación así no más y un par de ginger ale con vodka - y después el vejestorio soy yo con mis G&Ts - deciden fríamente - ma non troppo -  irse juntos. Sin siquiera explicitarlo antes, irse juntos con rumbo acordado, porque no quiero irme con ellos, quiero irme solamente con vos, y sin que hasta ese momento hubiera habido contacto físico alguno.

Pero al final no me quedaba otra que creerle. Dijo que no había bebido mucho, que no estaba inventándose cosas a posteriori. Que, incluso, si era preciso, podía reconstruir uno a uno los momentos previos, una a una las caricias que no deberían haber ocurrido. Tenía la mirada de felicidad que le habían regalado grabada a fuego en el alma. Eso no se hace.

'Estoy mal'. No paraba de hablar. Necesitaba catarsis, evidentemente. 'Me da la sensación de que ahora soy capaz de hacer cualquier cosa. De hecho, haría cualquier cosa por poder volver a ver esos ojos. Estoy completamente idiota'.

No me extrañaba. Siempre había sido de tomar decisiones impulsivas y ridículas. Y como tiene más culo que cabeza siempre le salen bien. Pero esto parecía un poco mucho.

'Lo que jamás le voy a perdonar es que me haya quitado el sueño'. Ahí sí, no me quedó otra que creerle.

Para alguien completamente inexperto en estas lides el aprisionamiento había sido bastante rápido. Y no le hacía gracia alguna. Claro, el típico temor a lo desconocido. Empiezo a entender de a poco todo. 'Worse than the total agony of being in love?' le decía Sam al marido de su madre en Love Actually. No, no hay nada peor. Es espantoso. Más cuando tenés la certeza de que se trata de eso.