miércoles, 20 de junio de 2012

Empezando por un puente...

Era en abril... y al final casi, casi, hice girar la tómbola y salió Alemania. Tocaba esta vez el sur, y como no lo conocía, el destino inicial fue el aeropuerto de Munich. Allí alquilé un auto, y para compensar el fiasco del Ford Kuga en FRA hace un par de años pedí uno más pequeño pero bonito. Lo peor fue que me hicieron caso, y los muy inconscientes me dieron un lindísimo BMW serie 1, encima el modelo Sport. Ay, ay, ay...

El modo de control de tracción definitivamente ayudó a mejorar mis habilidades de conducción en mojado, dado que los dos primeros días cayó del cielo una que te la voglio dire. En uno de los peores momento estaba en el medio de la autopista volviendo de Munich, donde había visitado el museo de BMW, y con lluvia torrencial y todo el pequeño me dejó pisarlo hasta 180 más o menos, mientras otros más audaces (o inconscientes) me pasaban y el Costa Concordia encallaba por ahí.

Hacía varios años que no tenía esa extraña combinación de sensaciones. Sentirte el más banana porque vas a 200 y de golpe aparece uno más pistola (y siempre en un Audi o un Mercedes) que te hace luces porque viene a todo orto y si no lo dejás pasar te lleva puesto. Y lo peor es que te pasa como alambre caído.

El tiempo, bastante lamentable, no ameritó una ruta clásica admirando las bellezas de la Selva Negra. Así y todo me las arreglé para enamorarme nuevamente de mi abandonada Emma, patos y narcisos mediante, en el lago Titisee.

La pregunta del millón es por qué terminé eligiendo el hotel cuyas más sonadas alabanzas se referían a su restaurante. En fin, se quedaron cortos. Las cenas de este viaje han sido memorables, todas y cada una de ellas, con unos platos locales increíbles regados con buen vinito o cerveza según lo ameritara la ocasión.

Y después de este viaje hubo unos cuantos más. Y como tenía abandonado al pobre Eructos tenía que empezar por algo. Lo que estoy escribiendo últimamente es demasiado mío como para ponerlo por acá, sepan ustedes disculpar. Pero habrá más provechitos próximamente, se los prometo. Por lo pronto, se viene el relato del periplo de Eructos por el Imperio. No se lo pierdan, yo les aviso...