Regresamos todos del puente, desde lugares varios, y se vino el cumple de Lau. Con un festejo un tanto extemporáneo, pues caía a mitad de semana, luego había examen y a continuación finde largo de nuevo, así que hubo que acomodarlo como se pudo, la noche del martes. Que legalmente todavía no era el cumpleaños de la susodicha, pero con tantos cambios de horario bien podíamos considerar el huso de, por ejemplo, Paquistán.
En virtud de la amabilidad ampliamente demostrada por los vecinos de Móstoles decidimos hacer pie en el bar de los grifos, a.k.a. 'Lo de Jose'. Allí nos divertimos en grande, Lau fue saludada por perfectos desconocidos habitantes de otras mesas, el ISE copó la parada en la sala de grifos, y Jose dijo presente con el confeti y los chupitos.
Más luego, un grupo más selecto (¿?) rumbeó hacia Estoril II, a degustar sidra traída especialmente desde Asturias y escanciada por Diego. No pienso hacer cálculos acerca de las cantidades efectivamente bebidas y las echadas por tierra.
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