miércoles, 14 de noviembre de 2007

Poniéndonos al día, parte III

Quien fue a Sevilla, perdió su silla... quien fue y volvió, de una oreja lo sacó. No recuerdo (o probablemente jamás supe) el origen de esa frase, pero si realmente les interesa, les recomiendo Wikipedia, no este blog pedorro. Acá hay otra clase de boludeces.

Bueno, entonces, recapitulando, luego del viaje de campo y la fiesta de disfraces se vino el puente de Todos los Santos (o los muertos, o como sea. El punto es que hubo finde largo de cuatro días). El resto de los chicos se fue a Barcelona, y yo, como me olvidé de reservar a tiempo y dejé todo para último momento, me encontré un lunes por la noche decidiendo adónde iba a viajar el jueves siguiente. Así que emprendí camino a Sevilla.

No es novedad que se trata de una ciudad bellísima, ideal para recorrer a pie anque en bici (tienen ese sistema estilo francés de bicis aparcadas a lo largo de la ciudad que podés tomar y dejar en cualquier otro punto) y, desde hace poquito, también en tranvía. Puntos imperdibles: el Alcázar (de tanto escuchar guiris, me sale alcazar... esto es: Al Kassar! Brrrr...), la Giralda y la Bodega Santa Cruz.

Para que vean que fui, en serio. Gloria y olor al disparador automático.

La gente en éxtasis, asomando a la Giralda.

No hay comentarios.: